
Ciudad del Vaticano, 21 de abril de 2025.
Esta mañana, el mundo católico ha recibido una noticia que marca el cierre de una era: el Papa Francisco ha fallecido a los 88 años, dejando atrás un legado profundo de fe, humildad y reforma. De nombre secular Jorge Mario Bergoglio, nació en Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936 y murió en la Ciudad del Vaticano el 21 de abril de 2025, tras haber sido durante más de una década uno de los líderes espirituales más influyentes del mundo.
Un jesuita marcado por la sencillez y el compromiso social
Antes de ser Papa, Bergoglio fue un sacerdote jesuita comprometido con los pobres, los trabajadores y la educación. Ingresó en la Compañía de Jesús en 1958 y fue ordenado sacerdote en 1969. A lo largo de su formación y ministerio, se caracterizó por su vida austera, su lenguaje directo y su cercanía con la gente común.
Fue provincial de los jesuitas en Argentina durante años difíciles marcados por la dictadura militar, también fue ampliamente reconocido por haber protegido a perseguidos políticos y por mantener viva la labor pastoral en los barrios populares.
Un pontificado histórico
El 13 de marzo de 2013, tras la histórica renuncia de Benedicto XVI, Bergoglio fue elegido como el 266.º Papa de la Iglesia Católica, convirtiéndose en el primer pontífice jesuita, el primero latinoamericano, y el primero en elegir el nombre de Francisco, en honor a San Francisco de Asís.
Su elección marcó un antes y un después: fue recibido con sorpresa y emoción, y sus primeras palabras desde el balcón de la Basílica de San Pedro resonaron en todo el mundo:
“Han venido a buscar un Papa desde el fin del mundo.”
Obras y reformas más relevantes de su pontificado
Durante sus años al frente de la Iglesia, el Papa Francisco impulsó una serie de reformas y gestos que definieron su papado:
- Reforma de la Curia Romana: impulsó una reorganización del gobierno central del Vaticano con el objetivo de hacerlo más eficiente, transparente y centrado en el servicio pastoral.
- Tolerancia cero ante los abusos sexuales: promovió medidas más estrictas contra los abusos dentro de la Iglesia y creó estructuras para apoyar a las víctimas, aunque sus acciones fueron también objeto de críticas por no ir más lejos.
- Encíclica Laudato Si’ (2015): considerada una de las más influyentes de las últimas décadas, en ella hizo un llamado urgente a cuidar el medioambiente, defendiendo la ecología integral como parte del compromiso cristiano.
- Encíclica Fratelli Tutti (2020): una poderosa reflexión sobre la fraternidad, el diálogo interreligioso y la necesidad de superar divisiones en un mundo cada vez más polarizado.
- Puentes con otras religiones y culturas: realizó encuentros históricos con líderes musulmanes, judíos, ortodoxos y de otras confesiones, promoviendo la paz, el diálogo y la unidad entre los pueblos.
- Viajes apostólicos a zonas en conflicto y pobreza extrema: visitó países olvidados por la diplomacia internacional, incluyendo Irak, Sudán del Sur, Myanmar y República Centroafricana, llevando consigo un mensaje de esperanza y reconciliación.
Un Papa con rostro humano
Más allá de las reformas, el Papa Francisco será recordado por su estilo sencillo, cercano y profundamente humano. Rechazó vivir en el palacio apostólico y eligió una residencia más modesta. Abrazó a enfermos, lavó los pies de presos, recibió migrantes y refugiados, y no tuvo miedo de usar palabras fuertes para denunciar la indiferencia, la injusticia y el clericalismo.
Su célebre frase “se acabó el carnaval”, dicha en los primeros años de su pontificado, reflejó su voluntad de acabar con los formalismos innecesarios y acercar la Iglesia a la gente real, con sus dolores y alegrías.
Legado y despedida
El Papa Francisco deja un legado que aún será interpretado y debatido por generaciones. Para muchos, fue el Papa que puso a los pobres en el centro de la Iglesia. Para otros, un líder que intentó reformar sin romper, que tendió puentes más que levantar muros.
Su muerte marca el fin de un ciclo en el que la Iglesia vivió uno de sus periodos más transformadores del siglo XXI. Hoy, millones en todo el mundo lloran su partida, agradecen su ejemplo y oran por su alma.
Descanse en paz el Papa Francisco, el pastor que vino del sur para hablarle al mundo con el lenguaje del corazón.